El No lugar
He tenido un puesto en la feria con cuadros, dibujos a lápiz, pinturas al óleo, acuarela y alguna otra expresión artística. Estuve un año aproximadamente, en ese tiempo también puse a la venta mis cuadros por internet.
Mis cuadros, están lindos, a mi me gustan obviamente y a decir de personas que conocen esto de mirar cuadros, también. Al público en general también le gustaba, tuve en ese periodo un par de pedidos con propuestas puntuales.
Cerca de mí, en la feria, estaba la persona que enmarcaba mis cuadros, que llevaba a la feria espejos y otros trabajos que hacía en madera. Y para promocionar sus enmarcados, simplemente adjuntaba a sus marcos, figuras que descargaba de internet. Por ejemplo mujeres africanas, largas mujeres con sus guijarros en la cabeza o paisajes, africanos también. A veces los dibujos se repetían, a veces no, pero eran todos similares.
El punto es que mientras la gente miraba mis cuadros y decía "qué lindos", bajo el brazo pasaban con esos cuadros que colgados en sus casas, iban a quedar similares a los otros que ese mismo día se vendían.
La exclusividad que mis cuadros ofrecían, no era valorada. ¿El precio? Salían ambas propuestas lo mismo.
Se me podrá pedir que baje de mi ego y acepte que no todos tienen que comprar mis cuadros o el de otros pintores de Durazno y tienen razón. Ahora, también puedo pedir que en un año, aunque sea una persona, se decida por un cuadro de los míos, antes que los cuadros en serie que ofrecía aquél que quería vender sus marcos y pegaba cualquier imagen a su trabajo.
En la búsqueda por abrigar un poco mi autoestima, quise encontrar alguna explicación al hecho y creo, haberlo encontrado.
Nuestras casas, así como los lugares públicos, tienden a transformarse en "no lugares". Donde antes uno entraba y había fotos personales colgadas de la pared (abuelos, santos, padres, etc...), hoy cuelgan imágenes que son socialmente aceptadas por todos. Cuando alguien llega a nuestra casa, le pedimos disculpas antes de saludarlos incluso, por el desorden de un lugar donde... vive gente.
Mostrar un cuadro que sea un trabajo donde alguien, puso sus emociones (más si es alguien conocido del pueblo), puede llegar a ser perturbador para la salud de una reunión.
Preferible no poner en juego nuestros gustos artísticos (sentimientos propios) ante los demás y colocar en sociedad, algo que todos tenemos aceptado como lo correcto (reglas sociales), es hoy en día, no sólo algo aplicable a las paredes de las casas, sino también, a las de nuestras almas.
I.S.S.
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