LA GENERACIÓN X (o Y o como sea)
Somos una generación que encontró el punto G en la mujer y a partir de ahí, nos dimos cuenta que ellas nunca habían disfrutado el sexo y empezaron a salir artículos, revistas, libros, sobre el cuerpo de ellas que tan descuidado por la humanidad parece que estaba. Entonces de golpe los hombres tuvieron que empezar a estudiar de nuevo y a mirarla a ella para ver qué tal estaba lo que le hacían. Además obviamente, como en toda escuela, están los alumnos que aprenden rápido y a los que les cuesta un poquito más, también los que tienen buenas maestras y de las otras. Todo eso fue pasando y mucho más, porque ya gastado el tema del punto G en la mujer, se encontró el punto G del hombre, con el agregado que para explotarlo mejor (nunca mejor dicho) al hombre había que entrarle por un lugar donde la historia lo condenaba. Entonces, primero a voces por lo bajo, luego más libres de cuerpo, los hombres criados con educaciones rígidas, se tuvieron que ir abriendo a la ciencia. Muchos conformes, otros incómodos y otros que se fueron para no volver. Resultado de todo esto, más mujeres auto satisfaciéndose y menos hombres dispuestos... a ser hombres.
Somos también la generación que ha cambiado las creencias, los que hemos venido a desafiar a dios, a no creer en el pesebre, ni en la virgen María, ni nada.
Así que hemos quedado sexualmente movilizados, o movidos de lugar, sin la esperanza que siempre le ha dado a la humanidad, creer en algo superior.
Resumiendo hasta el momento, pusimos en duda el placer de toda una historia y redifinimos los nuevos placeres, con sus correspondientes cambios, y además, nos quitamos la esperanza divina pero falta algo más que tantos estudios nos ha quitado.
Hemos decodificado el amor.
Resulta que aquel sentimiento que ha llevado a tanta hermosa poesía, a tantas soberbias novelas, a canciones inolvidables, en definitiva, que ha movido el mundo en el armado de parejas que son, las formantes de las nuevas generaciones. Bueno, ese amor, se ha descubierto que solamente es, un camino eléctrico que forman las neuronas en un lugar del cerebro que tiene una vida útil de a los sumo, seis meses (o por ahí). Pasado ese tiempo, el amor que tanto ha sido parte de la base de nuestras sociedades, desaparece. No es de extrañar, que como el punto G masculino, este descubrimiento haya llevado a la corrida en masa hacia otras experiencias, enterados ya que esa sensación increíble que se siente, ya no vale tanto la pena, o si, pero que tiene un final corto, no vale la pena comprometerse por ese sentimiento increíble y corto, con relaciones muchísimo más largas.
Esta generación en busca de la verdad, apoyada en un momento tecnológico sublime, ha resignificado la vida misma. El placer sexual se trata de mapas y no de sentimientos, la esperanza donde nosotros pensábamos que vivía, ni siquiera tiene quién la cuide y el amor... ¡El Amor! Sólo es el cerebro actuando raro por un tiempito y nada más.
Demasiados movimientos en la base de la estructura social para una sola generación que hoy, vaga entre el descontento, el miedo, la desesperanza y también, como cada vez que alguien empieza el camino del conocimiento que lo lleva a reformular todo, vaga por la absoluta certeza que lo que hoy sabe, no es nada y peor aún, seguramente esté equivocado, como las equivocaciones que acaban de descubrir.
I.S.S.
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