LA VIDA DE LOS AUDIOS LARGOS
Al principio era imposible de imaginar a cualquier persona, estar cinco minutos o más, hablando sola, ¿¡quién era capaz de hacer eso por favor!? Sin embargo, y contrario a lo que a muchos les parece, bah, a mí en este caso, los grandes audios comenzaron a multiplicarse.
Antes éramos unos pocos, yo soy de esos desde la primera hora,
Con el paso del tiempo, las disculpas por… “se me fue el audio”, se hicieron más comunes.
WhatsApp vino a suplir una comunicación que necesitaba de esas rápidas confirmaciones. ¿Hola cómo estás, nos vemos? ¿Compraste tal o cual cosa? Si o no.
También vino a llenarnos un espacio vacío que era el del contacto mucho más diario con un montón de personas con las cuales, en algunos casos, nos veíamos muy poco, quizás por algo nos veíamos muy poco, pero que en mensajes de WhatsApp éramos todos más divertidos.
Así que memes, videos cortos, chistes generales, todo para suplir un poco lo que pensamos de las cosas, para adornarlo con trabajos de otros.
Tampoco tardaron en aparecer los grupos familiares, primos que no se hablaban hacía diez años, abuelas que no entienden, que no quieren, pero que obligadas se van conectando, porque de última, a no ser que el pariente esté en otro país, sabe el veterano y la veterana, que no hay mejor cosa que un abrazo, aunque dure dos segundos y sea a la pasada, porque va a estar la piel.
Pero sobre la banalización de nuestros tratos hacia los adultos hablaremos en otra ocasión, hoy me llama la atención que la gente ya convive con audios muy largos, audios que vinieron a suplir a otro algo, que ya venía cayendo, las llamadas.
Y esa es una pena, porque si algo de este mundo aún nos mantenía unidos, eran las llamadas telefónicas, hoy es imposible pensar en llamar a una casa y estar media hora charlando, eso se suple con tres audios por WhatsApp y dos gifs, y ahí es donde aparece la parte interesante de todo esto.
¿Qué nos otorga el audio largo de WhatsApp?
¿Qué se esconde tras un pequeño monólogo?
Eso mismo, el monólogo.
El audio de whatsapp ha sincerado a nuestra población en varias cosas, primero, “necesitamos hablar”, la falta de comunicación no la suple un grupo de amigos en la aplicación, tres memes que digan que todo está bien, o chistes sexuales con algún video incluido. La necesidad de hablar es propia del ser humano, de mirarse a los ojos, de decirse lo que se siente, de abrazar, de reír, de tomar algo juntos, eso no lo tenemos más. Porque antes para hablar con un amigo coordinábamos todo por mensajes, pero íbamos a conversar, hoy muchas de esas charlas ya las exponemos en whatsapp y tan adelantado dejamos todo, que nada tiene sentido.
Pero además hay otra ventaja del audio largo de whatsapp, y es que, nos permite hablar a nosotros sin que nadie nos corte, sin interactuar con la mirada del otro, con el pensamiento instantáneo de la otra persona, en el audio nosotros hablamos y hablamos y nos escuchamos y nos decimos, qué bien que expliqué tal o cual cosa. Lo que sucede al otro lado del teléfono, es que a la otra persona, como a nosotros, le gusta más escucharse a ella que al otro, entonces, mientras ponen nuestro gran audio de seis minutos, van haciendo algo, y ese hacer algo es fantástico, porque uno con las llamadas si se va a poner a hacer algo, le tiene que explicar a la otra parte qué es lo que está haciendo, sin embargo por whatsapp, mientras el otro nos escucha debatir con nosotros y explicarle lo bien que uno hizo las cosas y lo equivocado que estaban los demás, la otra persona está preparándose un huevo frito, dándose un baño, jugando con sus hijos, manejando un auto, etc.
Entonces, en el largo audio de whatsapp yo me dediqué a contar todo lo mío, a pedir disculpas por lo extenso, y el otro se dedicó a escucharme mientras lava los platos.
La vida cambia, eso es seguro, o la cambia el ser humano con sus inventos, eso es más seguro aún, pero el tema es que seguimos empeñados pese a todo, a ser humanos, y eso, siempre se nos va a notar, aunque queramos ocultarlo tras la tecnología.
El audio largo es señal que necesitamos hablar, mirar si somos escuchados y escuchar y aguantar que nos miren, a ver si prestamos atención. Esta sociedad tiende a la soledad y eso está teniendo sus consecuencias, yo no sé si es mejor o no, sólo digo que, como en los audios de whatsapp, hay en muchas situaciones de la vida, que necesitamos volver a hacer, cosas que no se pelean nunca con la nueva tecnología, hablar no es una característica del pasado para dejar atrás, al contrario.
Llamemos y que nos llamen, compartamos de verdad la tecnología, si con alguien no nos vemos en un año, pero está en otro país, esos mensajes sirven, ahora, si el pariente vive a media cuadra de mi casa y ni él ni yo, nos queremos hablar, ¿por qué elegir compartir con el pariente cómo me encuentro hoy, y otros detalles en un mensaje de whatsapp?
El hombre es un ser social y eso no lo va a cambiar la tecnología, o sí, pero eso será dentro de algunos decenios más, mientras tanto, hacele caso a los audios largos y salí a hablar directamente con tu amigo, porque significa que le querés decir muchas cosas, quizás, entre otras, que tenías ganas de verlo y eso, a nadie le cae mal.
Ignacio Sallaberry
tenteenelaire.lat
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