¿Qué es el suicidio?
Se suele hablar del suicidio como un flagelo y se insta a la gente, como si fuera un gravísimo error, a no matarse.
En principio para aclarar los puntos dejemos en claro, que, si alguien se suicida, es porque no quiere vivir, no le encontró gracia a esta vida, no encontró un motivo, está muy desilusionado, dolido, enojado y más que nada supongo, se siente solo.
La soledad será tal que considerar ponerle fin al fracaso de su vida, es el mensaje más claro de decir, no pude más.
Ante el suicidio, los que más sufren son los que se quedan, parientes cercanos, amigos, compañeros de trabajo, en ningún caso será algo que complique demasiado la vida de ellos, salvo déjenme exceptuar, padres e hijos, no sólo por el dolor momentáneo, sino también por las consecuencias psicológicas y de herencia (no hablo de la económica)
Entonces ¿Cuál es el error si alguien decide terminar con su vida? Después de todo es simplemente una decisión personal que libera al que lo hace, de un gran malestar. ¿Por qué cada vez que alguien se mata salen todos a decir que la vida igual es linda, que hay que quedarse y todo lo demás?
¿La vida igual es linda? ¿Igual cómo? ¿Con deudas? ¿En la calle? (igual aclarar en este punto que el suicidio no se da tanto en personas en situación de call) ¿Solo? ¿Sintiéndose mal cuando hay obligación de sentirse siempre bien? (Algo que se impulsa mucho en las redes, la felicidad eterna que a medida que esa exigencia crece, también lo hacen los suicidios) ¿Habiendo pedido ayuda y no haber recibido nada a cambio? ¿Con una enfermedad declarada? ¿Vale la pena generalizar la incomprensión al suicidio?
A continuación les propongo otros suicidios que son permitidos en la sociedad, en algunos casos aplaudidos por las multitudes, premiados en forma millonaria y que seguramente son practicados por muchos, que se aterran ante el suicidio ajeno.
Ir a una guerra a defender a un país, ese acto suicida y asesino implica además, el recibimiento de medallas.
Deportes extremos como subir a una montaña, o tirarse de una con alas de plástico, hundirse en un submarino o un snorkel buscando profundidades en un lugar en el que somos absolutamente ajenos.
Manejar a 170 km/h (a veces agreguen mirando el celular) Fumar dos o tres cajas de cigarros diarias (fumar una igual, o media) Tomar alcohol arriesgando accidentes (de todo tipo) Comer en exceso, no hacer deportes y la lista de buenas costumbres puede ser muy larga. En algunas de estas situaciones, habría que agregar que además de ser intentos de suicidios inconscientes, también son, intentos de asesinatos inconscientes.
¿No es claro aún, que, subirse a un avión es en cierta medida un acto de suicido colectivo? ¿Que confiar en un chófer de ómnibus a 130 km/h lo es también?
Y más allá, o más utópico de pedir ¿no es un suicidio permitir que empresas gigantes usen agua apta para consumo, en cosas que no son más que para engrandecer una sociedad de consumo ya gigante? (Entenderán que hay millones de casos, no sólo de agua, minerales, tierra, árboles y la lista es larga)
En estas líneas me permito copiar a Manfred Max Neef
”La obsesión del crecimiento, para empezar, es un disparate. Porque una elemental ley natural, que todo el mundo conoce, es que todos los sistemas vivos crecen hasta un cierto punto en que dejan de crecer. Tú dejaste de crecer, yo deje de crecer, el árbol grande deja de crecer, pero no deja de desarrollarse. Seguir forzando el crecimiento para consumir más y seguir produciendo una infinita cantidad de cosas innecesarias, generando una de las instituciones más poderosas del mundo como lo es la publicidad, cuya función es una y muy clara: hacerte comprar aquello que no necesitas, con plata que no tienes, para impresionar a quienes no conoces. Eso evidentemente no puede ser sustentable."
Día a día, la sociedad que hemos concebido nos arrincona, nos deja cada vez más solos, nos hace sordos a otras voces e incluso a las propias.
Yo entiendo al que toma la decisión de terminar con esta vida, también entiendo al que quiere seguir viviendo, al que tiene sueños, pero no quiero decir que el que se suicida se equivoca, porque eso me resulta la tarea sencilla de culpar al que no pudo con una sociedad, que yo también formo día a día.
Alguien de vez en cuando, dice que no aguanta más y tiene su derecho, y aseguro que nadie más que él siente el dolor del fracaso, el llanto y la queja de su propia vida, muchísimo más que los que acá quedan condenando esa actitud. Actitud que me resulta más cercana al pedido egoísta de "no me dejes solo a mi" que del, "lamento yo, no haberte podido ver", ese sería el verdadero dolor de prójimo, ante un suicidio. Habrá que aprender entonces, a vivir sobrellevando el fracaso como compañero de vida de nuestros semejantes y también aceptar, el derecho que cada uno tiene sobre su vida y su muerte.
El que se mata quizás, no quiere convivir más con una sociedad, injusta, ante una vida hermosa que tampoco puede disfrutar, porque hoy el mundo que esta sociedad ha enseñado que es vivir bien, se ve mucho más en fotos, que en la inmensa mayoría de vidas.
Entonces pues, que la vida sea, decisión de los padres y que la muerte sea, decisión de cada uno, ya sea con armas, a velocidades, complaciendo placeres o como más les cante la vida, hasta el momento final.
ISS
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