Ayer supe que soy escritor
Ayer supe que soy escritor, luego
de años diciéndomelo, contándole a los demás que a veces escribo, tratando de
sentirlo y de lograrlo con cierto éxito y esfuerzo pues bien, ayer 24 de abril
de 2015 lo supe.
Y fue por algo bien sencillo pero
para lo que inexorablemente tuvo que pasar tiempo, vida, silencios, renuncias y
algunos días, los previos, de nada. Nada de actividad, nada de pensamientos, de
proyectos, nada que me dijera hacé esto o lo otro, nada de nada.
Gracias a esos vacíos que se van
formando y a la constante pregunta sobre qué soy, es que ayer en menos de un
segundo y como un certero rayo, una cantidad incontable de palabras,
situaciones y sueños, partieron mi mente, abrieron mi cuerpo y me hicieron
sentir un alivio lleno de alegría, de dudas, de miedos, de certezas, de tantas
cosas en su justa medida que sólo pude sentir que esa sensación de felicidad
sólo podía ser por el encuentro explosivo, el abrazo intenso de todas mis
partes.
De todos los yoes que andan
haciéndome en el mundo desde el centro de mi alma, o son ellos quienes al fin
de cuentas son mi alma?
Mucho para llegar a ése momento
se lo debo al trabajo que vengo haciendo hace mucho tiempo, eso lo sé, pero
también sé que sin lo que me pasó ayer de golpe, de un cimbronazo certero,
nunca hubiese llegado a sentirme, a creerme, a ser para mí, un escritor.
En éstos días de buscar la
respuesta en la nada, algo he leído y a ese algo también algo le debo, la
identificación con algunos, muchos, párrafos del libro de Carlos Liscano
llamado El Escritor y El Otro me ayudaron a darme a mí mismo quizás, el empujón
que me faltaba.
Así que así fue, de pronto todo
en menos de un segundo sucedió y aquélla masa de palabras, recuerdos y
acontecimientos me hicieron dar cuenta que cuando no escribo siento que todo
está mal, me asfixio, deprimo, me siento nada y dentro de un pozo oscuro,
profundo y de paredes lisas.
Entonces las ganas de matarme, la
no respuesta a qué puedo hacer de los segundos, de las horas, de la vida.
Aclaro que cuando digo no escribo
quiero decir cuando no estoy en el plano del escritor, cuando sin darme cuenta
no le doy a ese hombre mi vida, cuando no le presto mi cabeza para que se
entretenga jugando con las letras, cuando le saco la ilusión de algún futuro
libro, del sueño de alguna conferencia, de algún viaje en fin, cuando me dedico
a vivir yo y me hago padre, busco ser pareja de alguien y ando tratando de
conseguir plata de eso que el resto llama trabajo y que para nosotros, no es
más que una pérdida de tiempo, lenta y maldita que hay que soportar por el
momento.
Tuvo que pasar tiempo, tuve que
no escribir, que ignorarme para saber porqué me sentía mal, no fue fácil, tuve
que vivir mientras jugaba mi vida a que apareciera una respuesta. Tuve que
decirme que no soy músico, ni pintor, ni escritor, ni padre, ni nada, tuve que
aceptar mi vacío, saber que si muero no importa, que sólo ocupo un lugar
minúsculo y que nadie viene con nada específico para hacer. Que el mundo vive y
que uno ocupa por casualidad un espacio físico, y lo usa y come y respira y en
el mejor de los casos tiene hijos, que son la mejor manera de empezar a
practicar el amor propio descaradamente y de sentirse, aunque sea por algunos
años, necesario para alguien en la vida.
Debí entender todo eso para saber
que sin importar, ni mi éxito ni mi suerte en ésta vida, quiero ser feliz. Al
fin de cuentas, es lo único que puedo hacer y que de mi depende y ahí supe que
eso lo logro cuando soy escritor, porque me voy completando, siento que voy
hacia adelante, progresando, logrando que ésta vida tenga sentido para mí.
Por eso es que soy escritor,
porque es lo que me salva de la muerte, o de las ganas de matarme, esas ganas
que aunque no cumpliera nunca, siempre las sentía vivir apenas abría los ojos.
Ahora no, ahora que venga y me
mate la vida misma, a partir de ayer no quiero perderme nada porque soy
escritor y debo hacer vivir a lo que soy, debo escribir, no, no debo escribir,
quiero escribir.
Después también seré padre,
intentaré ser buena pareja, tomaré agua, comeré, pagaré las cuentas, me
someteré en algún momento a eso que los demás llaman trabajo y claro por
cierto, algún día en algún momento moriré, eso ya no me importa, pero todo eso
será a partir de ayer 24 de abril de 2015 lo puedo disfrutar porque ése día en
menos de un segundo pude saber, sentir, fantasear y reír, y podré ser músico,
pintor y podré al fin vivir, porque soy escritor.
Comentarios
Publicar un comentario