EN UN LADO O EN EL OTRO
Tenés que estar de un lado o de otro, hoy en día parece que si no pisaras una opinión con firmeza y la defendieras peleándote con quien tenés a tu lado, fueras alguien que no existe, que no tiene opinión, que no se la juega, en definitiva, que sos un cagón.
Pasa en política entre izquierdas y derechas, pasa en las
opiniones históricas sobre hechos, personas o leyendas y te juro, podés seguir
hasta en cosas que ni siquiera sabés que existen pero que increíblemente apenas
las conozcas, ya tenés que elegir en qué bando estar.
Hoy se tiende a reescribir la historia y como no se puede
castigar a nuestros bisabuelos, se nos quiere castigar a nosotros por tener el
mismo sexo que ellos, porque nos hemos dado cuenta que aquella sociedad de hace
por lo menos 100 años, era muy machista.
Los hombres trabajaban, en trabajos muy esforzados la
mayoría de las veces y las mujeres se quedaban en la casa a criar sus hijos,
cocinar y tener el hogar limpio en una especie de mensaje de amor hacia su
marido que, según nos cuentan y no hay porqué dudarlo, aunque tampoco
afirmarlo, no eran cariñosos al devolver esos gestos de amor. Para peor se iban
al bar, lugar casi exclusivos de hombres, donde se emborrachaban, hablaban mal
de sus mujeres y de paso, tenían relaciones con otras mujeres o usaban el bar
de excusa para irse a otro lugar. Los hijos, varones, se preparaban para seguir
por la misma senda pero la mayoría de las veces, también hay que decirlo, con sentimientos
encontrados hacia su padre gracias en parte también, a los mensajes que la
madre iba dejando sobre su padre mientras el niño estaba en la casa, quizás con
razón, quizás no.
Lo cierto es que el hombre era el malo de la sociedad pero a
la vez, era el que hacía que la sociedad se moviera, la economía dependía de
ellos y con eso es decir, todo lo que se podía vivir en esos momentos.
Por supuesto que la visión de estos tiempos nos han puesto
en la vereda de aquéllas abnegadas, buenas y santas bisabuelas que sólo vivían
para su esposo y que dejaban toda su vida de lado por el bien de la familia.
Si esto fuera así, hay que hacer un gran reconocimiento
porque la base de esta sociedad de hoy, está en esos hombros y también en la de
los que no las respetaban o valoraban como correspondía. Siguiendo este
pensamiento podemos coincidir en que muchas veces los escapes de aquéllos malos
hombres se daban, con abnegadas mujeres de otras casas, o sea, por despecho o
por amor, tanto los recios bisabuelos y las casi esclavas bisabuelas tenían sus
propias cuitas. El amor escondido no es propiedad de este siglo, casi se podría
decir que hoy entre tantas redes eso es algo casi imposible.
La verdad parece ser, tanto en este caso como en los que nos
queramos detener, algo indescifrable, podemos ver que alguien mata a otro y por
eso, desencadenar toda la trama judicial pero algo más allá del hecho en sí,
que quizás ignoramos, nos haría conocer también, otra verdad de algo que vimos
con nuestros propios ojos. Imagínense si a ese hecho le agregamos 20 o 30 años,
nada es lo que es o lo que queremos que sea.
Quizás cuanto más pasa el tiempo y las investigaciones de
las cosas nos vamos dando cuenta que todo está más mezclado que lo que se
pretende explicar con letras en libros para un lado y para otro.
¡Bienvenida toda la información! Al fin podemos saber con
más detalles las cosas que han pasado sin embargo, en vez de abrirnos a todas
las opiniones, entendiendo que cada una de ellas tiene su asidero, coincidamos
o no, nos obligan a cerrarnos cada vez más a una u otra opción. Cometiendo el
otro error que a todas vistas surge de este análisis, no hay dos opciones de
cada hecho histórico o presente, hay cientos, miles pero increíblemente, en esta
edad de la idiotez, así como una vez existió la edad medieval, la prehistoria y
demás, nos quieren hacer ceñir a dos opciones, sí o no, blanco o negro,
machista o feminista, izquierda o derecha y así tantas otras.
Mirando para atrás, creo que mi bisabuelo se equivocó y
también mi bisabuela, creo que mi bisabuelo pudo tener hijos que no reconoció y
mi bisabuela también le pudo haber dicho que era suyo alguno que quizás no.
Entendamos que nunca estamos en un solo lado de la vereda, tenemos nuestras
opiniones, por supuesto, pero eso no nos hace buenos a nosotros y malos a los que
no piensan como yo, solamente distintos y esa, es quizás la característica más
lógica, en un lugar que supera por 44 millones en estos momentos, los 8 mil
millones de personas.
ISS
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