EL CARNAVAL DE ANDALÚ Capítulo 9 El escritor pensando

Me siento un rato, la excusa es descansar pero la verdad que sólo quiero pensar pero a la vez, detener todo en este momento. ¿Por qué me vine hasta acá? ¿Vine como escritor o como alguien que sólo busca experiencias nuevas? ¿Es que ambas cosas pueden ser lo mismo? El mar golpea a mis espaldas, su viento fresco me hace agradecer el lugar que elegí, necesito estar cómodo y concentrado por un tiempo y así es como empiezo a pensar y escribir a la vez.

El escritor necesita estar incómodo, sentirse mal, incomunicarse para que su único medio de contacto sean las letras.
Por eso al escritor tarde se le entenderá lo que le sucedía y por tarde quizás, inútilmente.
Así debe de ser, porque esa situación aislará más al escritor, que debe de estar solo, debe ser un observador de las cosas, debe tomar partido, decir cosas que hagan ruido para luego sentarse a observar y escribir, inventar sobre algo visto, porque aunque muy fantasiosas sean las palabras escritas, siempre habrá un cabo, por pequeño que sea, anclado en la realidad.
Aunque todo lo que escriba será ciencia ficción, aunque los paisajes sean absolutamente incongruentes a los de ésta tierra o a tierras que se tengan idea, el cabo será en ésos casos los sentimientos.
Por ahí el tan usado amor que el escritor exaltará como aquél que sueña con algo y no se atreve a vivirlo y entonces, coloca en los demás profundas semillas de letras que luego también deberá observar sentado con lápiz y papel en la mano.
Es necesaria la soledad, y la tristeza o la profunda alegría que no se expresa, sentimientos que no serán expresados en forma física, para el escritor eso es un gasto de energía, algo superfluo, innecesario. Porque el que quiera conocer no debe conocerlo, ni siquiera verlo porque para conocer al escritor, la única manera debe ser leyéndolo, pura y exclusivamente.

I:S:S:


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