SI NO LES GUSTA TENGO OTROS
Hoy quiero reivindicar a los que
cambian de opinión, a los que hacen que la vida fluya, a los que no estancan
los sucesos porque alguna vez, con determinada información en la mano, pensaron
tal cosa sobre tal cosa.
Mucha gente se burla de alguien
que cambió sus principios, ¿principios? ¿qué son los principios? Si nos guiamos
por la definición de la palabra, principio, significa algo que está al
comienzo, algo que inicia, quizás por eso, puede ser, algo principal, se
transforma en algo básico.
Pues bien, imagine usted que yo
estoy conociendo este mundo, esta sociedad y pienso, como muchos, que caer en
bancarrota está mal, que drogarse está mal, que mentir está mal, que suicidarse
está mal, que ser rico está bien, que trabajar está bien, y que, quien trabaja,
tiene su plus como ser humano entre el que no trabaja, porque trabajar
dignifica, también pienso que la religión hace bien, que un católico es más
fiable que un ateo, que alguien de cualquier religión es más fiable que un ateo
y varios principios más.En el extremo de esos principios,
dejo al que mata, al que se cree, en algún momento de la vida, por encima de la
vida de otra vida.
Socialmente además, los
principios me dan credibilidad, me hacen alguien seguro, confiable, estable,
pero, querido lector, supongo ya lo habrá pasado en su vida, los principios,
son sólo el comienzo.
En el camino usted conoce curvas,
atajos, saltos, bajos, pavimento y un sinfín de olores y de dolores. Entonces,
se da cuenta que no es mala toda persona que no cumple con los principios suyos,
a veces son personas que usted ama profundamente, y eso lo lleve a ayudarlo, a
entenderla y, además, en algunos casos, se dará cuenta usted, usted mismo, que
ha corrido levemente quizás, quizás no, su propio límite de principios.
Se nos ha hecho creer que cambiar
principios es malo, y yo creo que no, que cambiar principios, muchas veces,
significa vivir.
Lógico, querido lector, no hay
que confundir principios, con ser humano.
Un perro lleno puede dejar
comida, ese mismo perro con hambre puede atacar a otro perro, pero nunca lo
matará, la pelea será hasta que el otro se rinda. De manera que, respetar la
vida ajena, no es un principio, es ser humano.
No mezclar este punto me parece
sustancial para avanzar en la reflexión.
Se les suele indilgar a los
políticos, a manera de descarga nada más, que cambian sus principios, y si,
puede ser, pero al igual que aquellos primeros principios que comenzamos
escribiendo, el político, llega con una única misión a su cargo, hacer lo mejor
para los suyos, y a veces, la vida política presenta soluciones que él no
imaginaría nunca, igual que le pasa a usted en su vida diaria.
Y elegí hablar de los políticos
porque es lo que nosotros más reflejamos en este tema de cambiar principios, lejos
está este escrito, de defender a la clase política que solita se defiende y
ataca sola. No, no será nunca mi intención, yo no me defiendo ni yo, sólo trato
de entenderme.
Y, en ese ejercicio, a veces me
doy cuenta que, al igual que todos, yo he cambiado mis principios, sin dejar de
hacer lo mejor para mi y apara quienes quiero.
Pero claro, a veces eso ha
significado que eso no sea bueno para otros, nunca nada es bueno o malo para
todos, ni bueno, ni malo, imagínese.
Así que dejemos de mirar de firma
burlona y despectiva, a quienes cambiar o modifican sus principios, todos lo
hacemos, y al que no lo hace, a veces, viene la vida disfrazada de pariente,
amigo, mascota, o lo que sea, y nos hacer algo contrario a todo lo que creíamos
ser.
La vida es un viaje mágico e
intenso, ella tiene sus momentos, ahora, si no le gustan esos momentos, tiene otros
también.
I.S.S.
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